No podía terminar el año sin compartir algunas de las cosas que hay en mi corazón.
Particularmente el 2024 nos presentó muchas cuestas que subir... algunas mucho más empinadas que otras, sin embargo cuando hacemos un balance entre lo que no deseamos volver a vivir y aquellos momentos que nos embargan de felicidad, creo que por lo menos nos vamos a penales.
Definitivamente la mayor dificultad son las enfermedades y la pérdida de seres queridos entre ellos mi suegra, tía Nidia y tío Julio, sin embargo ellos, particulamente mi suegra, me enseñó que no se descansa en las luchas por lo que creemos, que hasta el último momento confió en mi para cumplir con las tareas que me había asignado y para recordarme que todos tenemos un espacio en la vida y en el corazón de las personas.
A nivel laboral, no me puedo quejar, pertenezco a un equipo de trabajo conformado por cuatro excelentes profesionales, que disfrutamos lo que hacemos ... así que, no tengo quejas.
Mi pequeña familia alcanzó muchas de las metas propuestas y las que quedan pendientes se irán realizando poco a poco. Mi gran familia también enfrentó momentos particularmente difíciles de trabajo, muerte de familiares, algunas enfermedades, pero sobrevivimos y lo hicimos juntos.
A mis Complices y Asociadas no tengo más que agradecerles el cariño y el apoyo que me han brindado siempre, espero que el 2025 nos traiga muchísimos momentos para compartir.
El padre Johny me recordó que el 2025 es año Santo bajo el lema "Perigrinos de la Esperanza". Le pido a Dios nos de las fuerzas precisamente para peregrinar confiando en El, trabajando con ahinco en las áreas que nos corresponde y dando valor a los resultados tanto positivos como no tan positivos que recibamos. Durante el tiempo en que tuve que recibir la quimioteramia, cuendo me estaban administrando el medicamento cantaba: "En Jesús puse toda mi esperanza, el se inclinó hacía mi y escucho mi clamor" No dudo que escucha nuestro clamor por un 2025 lleno de bendiciones.
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