Algunos piensan que los grupos de apoyo, son espacios donde las personas se lamentan de sus dificultades. Nada más lejos de la realidad, en lo que al grupo de Fundeso es.
Cuando me diagnosticaron el cáncer de mamá, busqué información de Fundeso y les escribí. Debido a que la pandemia estaba en su mayor apogeo, no estaban trabajando de manera presencial, pero pidieron mis datos y se los pasaron a Flory, la psicóloga, quien a los pocos días me contacto. Con ella conversé sobre la quimio que me habían programado y me hizo llegar por whatsaap un audio llamado "Una aventura inmunológica", para escucharlo y preparar mi cuerpo y mi mente para lo que venía.
Luego, me incluyeron en las reuniones virtuales, que coordinaba Flory para tratar temas de ayuda. En la primera reunión, pude escuchar la experiencia de una compañera que cuando le detectaron el cáncer, le pedía a Dios que le dejara ver a su nieta cumplir 15 años y ya lo había logrado. Eso fue muy importante para que yo no dudara en ningún momento de que el cáncer no es sinónimo de muerte, que por el contrario, sí muchas mujeres valientes habían pasado por ahí y salían victoriosas... yo también podía.
Gracias a la colaboración de una universidad, compartimos con unos muchachos de la carrera de psicología, temas de nuestro interés como autocuidado, manejo de ansiedad y muchos más, que como grupo escogimos.
En el grupo "Alegría de vivir" he conocido mujeres ejemplares, que lucharon y siguen enfrentando retos de manera decidida, con una fe inquebrantable en Dios y una gran disposición para ayudar, entendiendo muy bien, que cada proceso es diferente y no todas reaccionamos de la misma manera.
Compartimos mensajes por whatsaap, fachenteamos nuestros hijos, sus logros y como dice el himno que cantamos recibimos paz, fortaleza y amor.
También como parte de los convenios que tiene la Fundación, participé de unos talleres de manualidades y realicé muchas cosas bonitas que me recuerdan que soy capaz de lograr incluso aquello para lo que siempre he creido que no tengo habilidades.
Desde hace aproximadamente un mes, iniciamos la reuniones presenciales y espero con ansias que lleguen los miércoles para ir a mi "terapia de la teta", como le digo a las reuniones del grupo, porque ningún día salgo igual de como entré. Siempre hay algo para crecer, para aprender, para compartir.
También recibí terapia física para un bracito que está medio mal portado.
Quiero aprovechar este blog para agradecer a FUNDESO y al grupo por acompañarme en esta aventura y abrir espacios que me fortalecen y ayudan a seguir adelante; porque unidas cantamos "La Alegría de Vivir".


Que gran ayuda brindan estas asociaciones, gracias por enseñarnos a conocer más de ellas