Primero que todo, debo decir que siempre quise compartir mis experiencias; pero imaginé que se referirían a dos temas: mi trabajo o mis hijos. El primero porque soy feliz con mi desempeño laboral y creo que las cosas, que junto con los equipos que me ha correspondido liderar, realizaba valían la pena ser compartidos. El segundo porque tengo dos hijos con los cuales he vivido situaciones increibles. Sin embargo, Dios puso en mi camino una situación que me ha obligado a dejar mi trabajo en pausa y a acercarme más a mis hijos, así que creo que debo compartir todo lo bueno que ha acompañado al diagnóstico de Cáncer de mama.
En el 2019 me realizaron una mamografía que salío alterada por lo que me hicieron un ultrasonido, el cual salió bien y el médico indicó que no había de que preocuparse. Dos años después vuelvo a realizar la mamografía y el ultrasonido y el doctor que lo realiza, me entrega un sobre y me dice "señora... vaya inmediatamente a donde su médico". Cuando salí del consultorio me estaba esperando Ana Yancy, una de mis compañeras de trabajo, me preguntó cómo lo fue? y yo como la más valienta le dije... bien, hay que buscar al doctor pero todo bien y por supuesto nos fuimos para el trabajo.
Al llegar a la oficina, llame a mi tía Elí, quien ya había pasado por algo similar para consultarle sobre el médico a visitar, a mi marido para contarle y decirle que a partir de ese momento a las citas tenía que ir conmigo y por supuesto la lloradita de rigor, a mi mamá y a mis hermanas para contarles y que dijeran las palabras mágicas: "tranquila, todo en las manitas de Dios... todo va a estar bien".
En menos de una semana, fui a consulta con el cirujano oncólogo y senólogo quien después de ver los exámenes que llevaba me dijo... "vamos a hacer más exámenes y cuando tengamos el panorama claro, definimos el plan, por lo pronto solo estaríamos especulando".
A la semana me realizaron la biopsia, creo que ha sido de los exámenes que más me han dolido. Una vez que tuvimos los resultados el oncólogo indicó que era necesario operar, extirpar el tumor y con los resultados de patología definir que tipo de tratamiento seguir.
Como familia, veníamos ahorrando para cambiar mi carro, esos ahorros se usaron para pagar todas esas citas y exámenes y el préstamo que ibamos a pedir para mi vehículo, hubo que pedirlo para mi operación.
Lo más terrible del diagnóstico es la palabra Cáncer, tan así que hasta ahora la uso sin miedo, anteriormente prefería sólo usar "tumor maligno"... suena menos feo.
Tuve la fe de que con la operación sería suficiente... pero Dios tenía un camino más largo para que yo transitara, el cual por encima de las dificultades a estado lleno de bendiciones, que son las que principalmente deseo compartir.
Estaré atenta a tu testimonio, das lecciones y con eso una llamada de atención. Gracias por ser enfática que, entre las dificultades, también hay bendiciones. Cuesta mucho dar crédito a las bendiciones cuando un reto (en especial uno como el tuyo) se presenta.