Definitivamente, el volver a mi trabajo, lleva incluido el mensaje subliminal "ya todo está normal".
Creo que en toda mi vida no había recibido tantos abrazos y tan cálidos como los que me han dado en estos días. Tengo que reconocer que me he sentido muy cansada, mi cuerpo ya no estaba acostumbrado a las jornadas de trabajo y extraña las dormiditas a cualquier hora.
Estoy tratando de cumplir con mi jornada sin excederme... pero soy muy fiebre y me cuesta mucho. Ya tuve que regañarme, porqué, como vengo cansada, no cumplo con mi rutina de oración, de lectura, de yoga, etc.
Lo que he logrado proteger son mis clases de pintura. La profe, me hizo una modificación de horario para que pueda asistir cuando salgo de la oficina.
Me siento muy satisfecha con la persona que soy, tengo mucho que aprender, mucho que mejorar; pero sé que soy mejor que hace un año.
Tengo una excelente red de apoyo en la oficina y en mi casa; así que no debería de sentirme ofuscada y cuando me quiero estresar... respiro... respiro y respiro y me acuerdo de ... "suelto y confío".
Mami dice que no se me olvide que todavía estoy en recuperación, pero no tiene de que preocuparse, cada vez que abuso el cuerpo me frena a través de un dolor de brazo, de piernas o de cabeza; que me obliga a portarme bien.
Mi hermana Paula me hizo prometer que cuando volviera a trabajar continuaría con la Universidad, con las tareas que realizo en la parroquia... hasta ahorita lo estoy haciendo, con algunos ajustes pero ahí vamos. No tengo porque dejar aquello que me satisface, aún cuando he vuelto a la normalidad.
Comments